Ady Chacama Malebrán, de 17 años, fue coronada como reina del carnaval solidario 2017 de Huara. La joven que representó a la alianza Amarilla, fue coronada por el alcalde José Bartolo Vinaya acompañado de Melany Vargas Ojeda, reina del último carnaval huarino.
En la ceremonia se entregó su premio a la representante de la alianza Verde, Melany Clift Mollo, virreina del carnaval y hubo distinciones especiales para Manuela Rodríguez Merubia, vecina que todos llaman cariñosamente “Mariquita”, reconocida como tesoro vivo de la comuna; de igual manera se distinguió al matrimonio de Waldemar Córdova y Margarita Camacho, por ser continuadores de la tradición carnavalera al confeccionar el Rey Momo y redactar el testamento que se lee durante la quema y entierro de carnaval.
Fueron cuatro días en que la comunidad huarina revivió sus tradiciones del verano y disfrutó jugando a la “challa”, tal como se hacia en época del auge salitrero y décadas pasadas. Este año el sentido de la celebración fue solidario por lo cual ambas candidaturas debieron realizar acciones sociales que favorecieron a adultos mayores en situación de vulnerabilidad y también para ayudar a los damnificados por incendios forestales de la zona centro sur del país.
FESTEJOS
Durante la semana carnavalesca hubo una variada parrilla de competencias donde ambas alianzas pusieron todo su esfuerzo por superarlas. Lo destacado fue que estas pruebas volvieron a reeditarse como en los carnavales de antaño, concitando la entusiasta participación tanto de los niños y jóvenes como de los huarinos y huarinas de más edad. Las alianzas Amarilla y Verde revivieron “La búsqueda del tesoro”, la exigente triatlón por el desierto o el festival de la voz entre otras. Todo fue matizado musicalmente con la presencia de agrupaciones como Bahía Cavancha, Gran Eqeqo, Tropikal, Nano Supanta y sus elegidos y Cómplices del Amor,
El domingo se concretó el entierro y quema del mono con una comparsa de disfraces que encabezó la Reina Ady Chacama. En el recorrido por el pueblo la ”viuda” junto a los enfiestados vecinos pasearon al Rey Momo antes de proceder a quemarlo y dar lectura al testamento para este año, cumpliendo así con un ritual que se remonta a las primeras décadas del 1900 cuando los obreros de las oficinas aledañas a Huara dejaban de lado la producción del salitre y con sus familias durante una semana celebraban el carnaval.